jueves, 11 de noviembre de 2010

Arqueocómic

Pues eso: arqueología es lo que puede ofrecer un viejo aficionado o aficionado viejo que leía - algunos - cómics en su lejana juventud. Aún hace poco estuve viendo, en la pantalla de ordenador, algunas páginas de aquellas "Joyas literarias juveniles" que ponían en dibujos toda la novela del siglo XIX. Se nota su carácter "industrial" y tanto el guión como el dibujo no es algo que recomendaría yo a ningún "exquisito". ¡Pero qué recuerdos! ¡Oh, aquéllas noches de verano, amenizadas, ya en la cama, por Rob Roy, los caballeros teutones o Kerabán el Testarudo!... Más tarde, aprecié otras cosas, sin llegar a disfrutarlas tanto: Astérix, Tintín, Corto Maltés, Guido Crépax, la revista Tótem, Zona 84, el Creepy... Ya empezaba a afeitarme con cierta regularidad cuando descubrí al "Príncipe Valiente". ¡Que sí, que puede ser ñoño y academicista! ¿Y a mí que me importa? Me sigue gustando, me gusta especialmente porque no tiene globos. Bueno, dejo aquí la imagen de un cómic que me impactó a los quince años y que logré comprar hace tres escasamente: El Cid, de Fernández Palacios. Desgraciadamente, el autor sólo consiguió completar cuatro números. Está ambientado en la juventud de Rodrigo y, para mi gusto, tiene un guión excelente y un dibujo maravilloso, con sustancia, con sabor... como un buen cocido o un botillo, vamos. Aquí os dejo el castillo de Pancorbo, de tan terrorífico, pero grato recuerdo para este viejo lector de "chistes".

Ramiro.

1 comentario:

  1. Ñoño o Principe Valiente? Nunca! Harold Foster, o seu autor, é á banda deseñada o que John Ford ao cine. Un clásico no sentido mais amplo do termo: Un cumio do noveno arte porque crea a gramática básica, os fundamentos da imaxe secuenciada como linguaxe. En fin....Neste país tiñamos ao Capitán Trueno, pero bastante posterior e creo que os debuxos non son comparables. Foster foi, sen dúbida o maestro.
    Patricia

    ResponderEliminar